El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, esta “muy bien” y sin recibir oxígeno, explicaron este sábado los médicos que lo atienden tras dar positivo de coronavirus en en el hospital Walter Reed.
“Lo estamos monitoreando muy de cerca para detectar cualquier evidencia de complicaciones ya sea por el coronavirus o por el tratamiento que estamos recetando para mejorarlo”, indicaron los profesionales en el primer parte médico desde la internación.
Trump comenzó en las últimas horas su tratamiento con el antiviral remdesivir para hacer frente al coronavirus, aunque su médico, Sean P. Conley, aclaró que no necesita suministro adicional de oxígeno.
Luego de que se conociera que el jefe de la Casa Blanca y su esposa, Melania Trump, habían contraído COVID-19, el magnate fue trasladado al hospital militar Walter Reed, en Maryland: continuará cumpliendo sus funciones desde las oficinas presidenciales del centro de salud.
El objetivo del traslado fue llevar a cabo “una mayor vigilancia”, informó Conley a través de un comunicado.
“No necesita ningún suplemento de oxígeno, pero tras consultar a los especialistas, hemos elegido iniciar el tratamiento con remdesivir. Ha completado su primera dosis y está descansando cómodamente”, añadió el médico del jefe de Estado norteamericano.
Por su parte, la vocera de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, manifestó: “El Presidente Trump permanece con buen ánimo, tiene síntomas leves y ha estado trabajando durante todo el día”.
Al igual que el mandatario, el jefe de la campaña electoral del los republicanos, Bill Stepien, también dio positivo en coronavirus y continuará diagramando la estrategia de Trump desde su hogar.
Ante el contagio, Trump puede ceder temporalmente el mando del país al vicepresidente, Mike Pence, en caso de estar incapacitado para seguir ejerciendo las funciones: en la Casa Blanca destacaron que el número dos de la Casa Blanca se encuentra en un buen estado de salud, aunque subrayaron que el magnate “sigue en el cargo”.
En este nuevo contexto, Pence continuará con sus actos de campaña y se enfrentará el próximo miércoles a un debate con la candidata demócrata a la Vicepresidencia, Kamala Harris.
Para esa jornada se ampliará la distancia entre los aspirantes, que pasará de 2,1 a 3,7 metros.