Triste, solitario y final… Pocos pero fieles amigos despidieron esta mañana al maestro Horacio Salgán en la casa velatoria de Avenida Córdoba al 3600 de nuestra Capital . Una despedida inmerecida a un genio de la música argentina, reconocido en el mundo entero.
Siete amigos resaltando y alabando el gran talento del pianista:Rody Groppo, Juan Carlos Cuacci, Juan Pablo Navarro, Carmen, hija de Dante Amicarelli, Víctor Olivero y dos amigos más. Rodeando el lustroso ataud, cinco coronas: las de Sadaic, Argentores, AADI, el ministro de Cultura, Angel Mahler y la Academia Nacional del Tango.
Demasiada ausencia para quien con arte ha dedicado su vida al arte ciudadano que tanto nos enorgullece. ¿Acaso no nos colma de admiración su música? A alrededor de las 11 horas, previo aplauso final, los restos de Horacio Salgán partían en el coche fúnebre rumbo al cementerio.
Apenas, un par de personas admiradoras más en la puerta, y su hijo, César Salgán, acompañando a su padre en soledad. Demasiada ausencia que deja flotando lo inexplicable, o mejor, inexcusable. Horacio Salgán fue, es y será un GRANDE de la música popular argentina, irrepetible, y así pasará a la Historia.
De los funcionarios, directivos o colegas que hoy no lo despidieron, nadie se acordará. ¡Viva Horacio Salgán…Viva por siempre su arte! Y repetimos: ¡gracias por tanta música! Dios lo bendiga eternamente. Seguro que sí. El Maestro tenía “línea directa” con El Creador. Que sus “discípulos” no lo olviden.
*Jumba Rojas: Periodista. Editora fundadora de la revista de tango “La Milonga argentina”, desde enero de 2006.
