El amor en los tiempos de Tinder es mucho más complicado de lo que suponíamos. ¿Qué pasa cuando te enamorás y no se da como lo esperabas?
Eugenia Trincado, una mujer que conoció a un hombre que dijo llamarse “Luis”, no llegó a ver nunca a esa persona que estaba del otro lado de la pantalla y que, según relata, no la podía ver porque tenía horarios complicados.
“Luis, necesito disculparme con vos personalmente. Dame la oportunidad de hacerlo y demostrarte que me importás. Ayudame a encontrarte”, dice el cartel que confeccionó Eugenia junto con una foto de su “amado”.
Eugenia publicó su nombre y su número de teléfono y, como en los viejos tiempos, empapeló las calles de Buenos Aires con la esperanza de llegar a Luis a través de las personas que lo leyeran. Según cuenta, luego de hablar durante un tiempo, Luis se ofendió por algo que le dijo y la eliminó.
“Es una historia cortita y sencilla. Comencé a hablar con él por Tinder y la verdad me encantó no sólo físicamente sino que también su forma de ser”, le dijo Eugenia a Julieta Alperowicz y Estefanía Gordín dos Licenciadas en Comunicación Social que se contactaron con ella cuando se sorprendieron por la originilidad del cartel. “Sé que es una locura pero lo ofendí y realmente necesito disculparme con él”, siguió Trincado.
Julieta Alperowicz, por su parte, opinó: “Esto es producto de las relaciones liquidas que plantea Zygmunt Bauman. Vivimos en una sociedad cada vez más influenciada por un vinculo ficticio donde la red social nos promete una relación a largo plazo y sin conocer a la persona nos imaginamos un mundo de fantasía. Ahí encontramos a personas que creen que la pantalla reemplaza al face to face, a un vinculo interpersonal que hace que uno llegue a una búsqueda desesperada del otro”.