El equipo “Merengue” derrotó a los dirigidos por Diego Simeone en penales, luego de igualar 1 a 1, en el estadio San Siro. Los goles fueron anotados por Sergio Ramos y Yannick Carrasco.
Real Madrid repitió la historia ocurrida dos años atrás en Lisboa, pues volvió a ganarle hoy al Atlético de Madrid del argentino Diego Simeone en la final, esta vez por 5-3 en los penales tras igualar 1-1, y festejó la conquista de su undécima Liga de Campeones de Europa, lo que representa la mejor cosecha desde la creación del máximo torneo continental de clubes.
El astro portugués Cristiano Ronaldo tuvo una discreta actuación durante los 120 minutos de juego en el estadio San Siro de Milán pero el destino lo habilitó a sentenciar la conquista con un penal decisivo, que anotó con un tiro a la izquierda del esloveno Jan Oblak. La tanda se desniveló con un remate al palo del defensor Juanfran en el cuarto turno.
Durante el período reglamentario, el zaguero y capitán Sergio Ramos (15m.PT), en otro “flashback” de lo vivido en Portugal, anotó el gol del conjunto “blanco” en una jugada de pelota detenida lanzada por el alemán Toni Kroos contra el área rival y desviada por la cabeza del galés Gareth Bale.
Dos años antes, el zaguero había logrado el empate parcial (1-1) con el tercer minuto de descuento para forzar la prórroga que después le permitió a su equipo redondear la goleada de 4-1 en el Estadio da Luz.
Simeone: “Perder dos finales es un fracaso”
Real Madrid, con once “Orejonas”, amplió a cuatro títulos la distancia sobre el segundo club más ganador de la ‘Champions’, Milan de Italia. Más atrás, con cinco consagraciones, aparecen Barcelona de España, Bayern Múnich de Alemania y Liverpool de Inglaterra. Las temporadas de 1956, 1957, 1958, 1959, 1960, 1966, 1998, 2000, 2002, 2014 y la acabada hoy fueron aquellas en las que Europa se tiñó de blanco.
Para Atlético todavía perdura la maldición en la Liga de Campeones, pues perdió las tres finales que disputó y dos de ellas con Simeone en el banco de suplentes. La primera ocurrió ante Bayern Múnich en Bruselas 1974 y la segunda en Lisboa 2014, que tuvo a trece futbolistas (ocho en el ganador y cinco en el perdedor) de los 28 que actuaron esta tarde en Milán.
El “Cholo”, de 46 años, que buscaba su sexto título en la entidad “colchonera” perdió una nueva oportunidad de convertirse en el tercer DT argentino campeón de Europa después de Luis Carniglia (Real 1958 y 1959) y Helenio Herrera (Inter de Italia 1964 y 1965).
Tras eliminar a Barcelona y Bayern en cuartos y semis, Atlético llegaba como firme candidato para consagrarse ante su máximo rival, al que aventajaba por 4-2 en finales a partido único. Sin embargo, un primer tiempo sin la intensidad que supo mostrar en otros pasajes de la misma competencia lo dejaron cuesta arriba frente a un adversario curtido en instancias decisivas.
El conjunto dirigido por Zinedine Zidane mostró gran personalidad para imponer condiciones en la etapa inicial, forzó el desarrollo del juego en el campo rival y sacó ventaja en el marcador a través de una pelota detenida que Ramos capitalizó en ligera posición adelantada.
Cristiano Ronaldo estuvo poco determinante en el juego, pero la Casa Blanca se apoyó en el liderazgo de su capitán, el equilibrio del brasileño Casemiro, la pegada de Kroos, el pase del croata Luka Modric y el galope de Gale para encaminarse hacia un nuevo reinado europeo.
Casemiro resultó una figura clave para la estructura defensiva del Real por su admirable capacidad para hacer los relevos en la mitad de la cancha y marcar la línea de presión sobre un rival que estuvo lejos del arco del costarricense Keylor Navas en los primeros 45 minutos.
Pero en la segunda mitad, con el ingreso de Yannick Carrasco por el argentino Augusto Fernández, Atlético tuvo mayor profundidad, algo que se pudo comprobar en apenas dos minutos cuando el inglés Mark Clattenburg sancionó penal por falta del portugués Pepe a Fernando “Niño” Torres.
Sin embargo, el francés Antoine Griezmann, máximo goleador “colchonero en el torneo, se vistió de verdugo al estrellar su remate en el travesaño para confirmar que la jornada no sería sencilla para su equipo. Atlético persistió en su intención de conseguir el empate y volvió a fallar en el área rival hasta que Real retomó el control táctico del partido a la espera de una chance para liquidarlo.
Cristiano y Bale, un minuto antes del empate, dilapidaron la ocasión del 2-0 y enseguida Atlético, con el espíritu batallador que le imprime Simeone, respondió con un excelente centro de volea de Juanfran, que Carrasco conectó en la boca del arco para marcar el inicio de una nueva final.
Con Real Madrid cansado y ya sin cambios, Atlético quedó mejor perfilado para el resto del juego, pero el miedo a sufrir un gol en el arco propio condicionaron las ambiciones de buscar la victoria y los penales, minuto tras minuto, se establecieron como una inexorable vía para decidir el dueño de la copa.
En esa dramática definición, los jugadores del Madrid mostraron aplomo ante un estático Oblak y al Atlético le bastó un sólo desacierto, el de Juanfran, para quedar otra vez en la puerta de la gloria.