La Messimanía recién empieza. Lo que está generando el desembarco de Messi en París solo se compara con lo que ocurrió cuando Diego Maradona llegó al Nápoles. En los alrededores del estadio del Paris Saint-Germain, todo es una fiesta. Y, en una semana de locos, las sorpresas no se detienen. El rosarino pidió llevar en su espalda el número 30, que el que usó cuando debutó con el equipo que lo llevó a la gloria: el del Barca.
Messi estará en París al menos por dos temporadas (con opción a estirar por una más) y la ciudad recaudará millones. El merchandising con la imagen y el nombre de Lío impulsará al cielo los números del club francés, que es propiedad de la familia real de Qatar.
Según trascendidos, no confirmados aún por los protagonistas, su amigo Neymar le ofreció tener la 10, la camiseta que usa el crack el brasileño en el plantel parisino. Pero Messi agredeció y devolvió un no: ese lugar tiene dueño, habría dicho. El PSG, entonces, le entregó otras opciones, pero Messi tenía un número pensado: usará el número 30, el mismo con el que debutó en Barcelona.
La casaca 30 marcará el nuevo capítulo del ídolo argentino. El número es más que especial para él porque lo usó el sábado 16 de octubre de 2004, cuando debutó en el club catalán. Aquel día, el técnico holandés Frank Rijkaard lo mandó a la cancha a los 37 minutos del segundo tiempo del clásico de la ciudad ante Espanyol, en reemplazo del brasileño Deco. Con esa camiseta hizo el primero de los 672 goles que gritó con los colores blaugranas.