Es cierto que hubo diferencias y el propio Scioli se encarga de decir que las tuvo pero que ha cambiado, ha evolucionado, ha comprendido. Después de aquellos acontecimientos, el propio Néstor posibilitó que fuera el candidato de nuestro proyecto en la provincia de Buenos Aires. No creo que las cosas pasen a mayores. Si hubiera diferencias sustanciales, sin duda que tendría ámbito donde plantearlo y la posibilidad de rectificación si fuera necesario”. Esta es la visión que de Daniel Scioli, precandidato a presidente, tiene su compañero de fórmula, Carlos Zannini.
El segundo de la fórmula oficialista vertió estas declaraciones en una entrevista que le concedió a Horacio Verbitsky y que aparece publicada hoy en el diario Página/12, en la que también se refiere, entre otros temas, al caso del juez Cabral, en el que, para él, el tema es “muy claro”, ya que “sólo lo defienden los opositores”. “Eso habla muy mal de la independencia de quien era subrogante durante mucho tiempo sin haber pasado por un concurso”, agrega Zannini.
A lo largo de la entrevista, que puede leerse completa en el sitio web del diario porteño, Carlos Zannini también aseguró:
No creo que los vicepresidentes sean figuras inservibles. La fórmula que conformamos con Daniel dice mucho por sí misma, porque tiene unidad en la diversidad. No somos iguales, venimos de historias y pensamientos diferentes pero tenemos un punto de convergencia a partir del 2003. Somos emergentes de la crisis y parte de un proceso que se va construyendo día a día.
Si piensan que de mí dependerá que el rumbo del gobierno sea coherente con el actual y con nuestra historia, me están asignando una tarea que no voy a poder cumplir. No es tarea de un hombre sino de la sociedad. En cada dilema voy a estar siempre del lado de los que menos tienen, de los más humildes, de los intereses provinciales, en contra de la porteñidad. En donde siempre estuve.
Nunca más el FMI dirigiendo la política argentina, aunque hoy sustituyan al FMI los fondos buitres. Nunca más decisiones en contra de la voluntad popular. Esto es también la profundización de la democracia. Todos hemos dado prueba de nuestro crecimiento afrontando distintas crisis. En la memoria se confunden las cosas, pero el camino que inició Néstor fue continuado por Cristina no sin profundización y no sin crisis. Ha sido un camino duro.
Nuestro proyecto sufrió un duro golpe con la muerte de Néstor y fue un punto muy crítico pero a partir de ahí pareciera que Cristina hubiera tenido más fuerza. Y algunos pretenden seguir negándole la condición de líder y conductora, o la capacidad de trabajo en los temas del estado.
Lo primero que hay que diferenciar es que dentro de la Justicia hay sectores que trabajan para que no haya ningún cambio y también gente muy interesada en que la justicia respete a la sociedad. Entre los jueces hay una tensión permanente, que existe también en otros órdenes, entre tomar decisiones en favor de la corporación, que son en general un pequeño grupo que se asume como representante de esa corporación, o en favor del conjunto. No siempre esta Corte ha estado en el sentido que nosotros pensamos que debía tener, de protagonizar el cambio que se hizo en el Ejecutivo, que pasó por el Legislativo. En cambio todavía seguimos esperando que haya un mejor servicio de justicia.
Hemos sido el único gobierno en el último medio siglo que no buscó tener una corte adicta, para que se pueda creer en ella. Esto se ve desde el proceso de selección de los candidatos, hasta la limitación del número de miembros. Estamos orgullosos de haber contribuido así a mejorar la calidad institucional.