Alrededor de 200 personas convocadas por la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos junto con organizaciones sociales y de derechos humanos repudiaron a la casa de pastas Casa Vecchia, que despidió a un joven de 21 años tras informar a sus superiores que es portador de VIH.
Lucas, quien además denunció que la empresa no realizaba ningún aporte a sus empleados desde agosto del año pasado, trabajaba allí desde enero y el 26 de agosto comunicó formalmente que era portador del virus, pero dos días después recibió un telegrama de despido.
El joven recordó que un día fue a trabajar mareado, producto del tratamiento con antirretrovirales, por lo que “en un ámbito privado y de confianza” le informó a su supervisora sobre su enfermedad “para que no pensara que andaba drogado”.
“Tiempo después, luego de ir varias veces a la obra social sin poder afiliarme, volví a reunirme con la supervisora y me dijo que como no había declarado que tenía VIH la empresa no me daría el alta y que era mejor que lo comunicara formalmente así aceleraban el alta y así lo hice, pero a los dos días fui despedido”, detalló.
Y aseguró: “Vamos a ir hasta las últimas consecuencias legales, porque es una empresa muy poco seria y discriminadora”.
Por su parte, Horacio Barreda, coordinador de la Rajap en la ciudad de Buenos Aires, afirmó a Télam que repudia “completamente” el despido.
“Los portadores tenemos las mismas condiciones y derechos que cualquier ser humano, y la ley 23.798 sobre sida protege y resguarda nuestra confidencialidad en los diagnósticos”, enfatizó.
La Rajap, que ofrece asesoramiento a través de su correo electrónico, jovenespositivos@gmail.com, está integrada por jóvenes de 14 a 30 años que son portadores de VIH y cuenta con unos 430 miembros en todo el país.