Durante esta semana, el planeta Marte se encuentra en condiciones óptimas para ser observado con mayor detención tanto por astrónomos, científicos y otros aficionados. El “planeta rojo” se aproximará progresivamente a la Tierra y el martes se posicionará a 62 millones de kilómetros de distancia, un trecho “corto” teniendo en cuenta las órbitas de cada planeta.
Un evento similar a este no volverá a ocurrir hasta el 2035. Su cercanía e iluminación casi frontal con la luz solar harán que su color rojizo-anaranjado se pueda divisar mucho mejor y se vea más grande, desde ambos hemisferios, de noche, con o sin telescopio. Sin embargo, esto también dependerá de la contaminación lumínica y condiciones climáticas de la zona en la que se planea observar.
El encuentro más cercano producido entre estos dos planetas ocurre cuando Marte está más próximo al Sol y la Tierra se ubica más lejos de la gran estrella. En este punto, una distancia de 54,6 millones de kilómetros los separaría. Este fenómeno es llamado oposición. No obstante, nunca se ha registrado ese punto “más cercano” perfecto.