Cuando se gastan millones de pesos en asesores de imagen y diseños de estrategias políticas y de marketing, solo hay tres factores fundamentales a la hora de estar frente a una tribuna o un microfono: el sentido común, la prudencia y evitar las hemorragias verbales.
El caso mas reciente han sido las declaraciones de la gobernadora electa por Catamarca Lucía Corpacci quien a pocas horas de consagrarse como sucesora del Gobernador Brizuela del Moral, en un discurso declaró que “se sentía orgullosa de ser una Saadi”. Recordemos que Corpacci es sobrina del extinto jefe peronista Vicente Leonidas Saadi y prima del ex gobernador Ramón Saadi, quien apareció alegre ante las cámaras de televisión festejando el triunfo de ésta.
Haber reinvindicado la pertenencia al apellido y, su orgullo de “ser”no hubiese sido el mayor dilema. Sin embargo, cometió un error muy común de ver y escuchar en la mayoría de los políticos que tienen un microfono o una camara delante de ellos; “la hemorragia verbal” que producen los estados de euforia que les hacen decir frases o declaraciones que tienen un impacto negativo en la sociedad pero que a su vez, muestra,inconcientemente su pensamiento mas íntimo.
Decir “que el asesinato de María Soledad Morales no fue como lo mostraron medios y resaltar la figura de su primo Ramón Saadi”, en esa época gobernador de la provincia por el justicialismo que fuera intervenida por el presidente Carlos Menem,disipulo de su tío, ha sido una imprudencia verbal, que por elevación, perjudica notablemente a la autoridad máxima de su fuerza política: La presidenta de la Nación.
Seguramente ,la alegría del triunfo del domingo 13 de marzo, debe haberse convertido en fastidio en la Casa Rosada al escuchar estas reivindicaciones, mas aún cuando el Frente para la Victoria tiende a rescatar una nueva y renovada forma de hacer política y una de sus principales frases es “verdad y Justicia “.
Este tipo de actitudes no deberían llamarnos la atención en este año electoral. Lo mismo pasó hace unos días atrás con el pre candidato a presidente por la UCR, Ricardo Alfosín, quien en un acto ante cientos de mujeres y para conmemorar el día de ellas, monologó en tono femenino una parodia casi cómica en un dialogo entre la presidenta y un ministro. Si bien fue una humorada en este caso, a su padre, respetuoso de las investiduras jamás se le hubiese ocurrido hacerlo de esa manera, aunque no le hubiese temblado la voz para expresar su pensar opositor.
Volviendo al tema de fondo es probable que estas imprudencias, falta de sentido común y hemorragias verbales no deben caerle bien a la Presidenta de la Nación cuando lee, ve y escucha, las declaraciones de sus funcionarios.
Se puede coincidir o nó con el programa de gobierno o las metodologías de cómo y de qué manera se llevan a cabo, lo que sería necio dejar de reconocer, es que Cristina Fernández ha sido una excelente legisladora definida por políticos de su partido y de la oposición. Presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, una de las mas importante que tiene una cámara legislativa. Hábil oradora y nada ingenua a la hora de tener voz y voto en la toma de decisiones.
La súbita perdida de su principal de su sócio político, Nestor Kirchner, no sólo la ha dejado descolocada a ella, a su entorno y al arco opositor que tenía su mejor blanco para apuntar todas sus naves y encontrar los votos necesarios para llegar a lograr sus objetivos, pero, Cristina Fernández sabe hacia donde va y que quiere.
Dentro de esta categoría deben encuadrarse séquitos o, los mas papistas que el Papa, como se dice en la jerga, que por incertidumbre y servilidad, hacen lo que esté al alcance de la mano para congratularse con su jefe político y reacomodar sus fichas dentro del tablero del poder ante un inminente lanzamiento de una reelección.
Por eso en este año electoral, cuando se le habla al electorado, es primordial a la hora de tener un microfono delante: la prudencia, el sentido común y evitar las hemorragias verbales que en un estado de euforia ante una gran tribuna, microfono o una cámara, manifiestan abiertamente pensamientos que pueden ser convicciones o favores para hacer quedar bien con sus jefes máximos, pero con reacciones adversas para estos últimos.
La gente ya no cree en las sobreactuaciones de campaña, ni en discursos de servilismo que opacan y hacen blanco directo a sus máximos referentes.
A los que piensan que la presidenta es débil a la hora de saber cual es su rumbo, hacia donde va y tomar decisiones se equivocan. A los que la subestiman porque creen que ella no se da cuenta de los actos de obsecuencia también.
Aquí no se analizan si uno, está o no, a favor o en contra de políticas e ideologías, se analizan cotidianos errores politicos de una gran mayoría quienes a la hora de “declarar” cometen imprudencias demostrando, la excesiva facilidad que tenemos para hablar sin cuidar las formas, el respeto y lo que decimos.
Este detalle debe ser tenido en cuenta por todos los candidatos y la dirigencia en general, pues ya la sociedad en su conjunto y sin distinciones de la clase social a la que pertenezca no come mas vidrio.
César Epifanio Farrulla
Director de C.E.F Medios y Noticias.