El consumo con tarjetas de crédito y débito se estabilizó en agosto, con una caída real interanual cercana al 10%, luego de que el repunte de gastos en rubros no esenciales de las últimas semanas no alcanzara a compensar la contracción del consumo en supermercados, según un informe del sector financiero.
“El consumo total realizado con tarjetas, medido en términos reales, muestra desde principios de julio un estancamiento en su recuperación, sin contar el evento del Hot Sale, en valores que rondan una baja del 10% interanual”, aseguró Juan Manuel Manias, Economista Principal de BBVA Argentina.
Puntualmente, las compras con tarjetas crecieron un 29% interanual en agosto, algo por debajo del 32% que mostraba antes del Hot Sale de fines de julio, que había logrado que el consumo con tarjetas creciera al 75% interanual, impulsado por rubros mas relegados hasta entonces como gastos en Hogar o Viajes.
En las últimas semanas, rubros como Deportes y Juguetes, Cuidados y Belleza, Moda o Libros, prensa y revistas empezaron a delinear una “calma aunque progresiva tendencia alcista” mientras que, al ritmo de la flexibilización de las medidas de aislamiento, los gastos en Combustibles y Automoción evidencian también un desempeño creciente.
Al mismo tiempo, desde finales de abril la Construcción registra un aumento en el volumen de compras superior incluso al rubro de Alimentación.
Sin embargo, pasado el pico de consumo en supermercados de marzo, la compra de Alimentos moderó su incremento y se “amesetó” en las últimas semanas.
Según el informe del BBVA, uno de los factores determinantes del consumo en este último tiempo fue el protagonismo que tomaron los sistemas de pago online que, en el caso de la compras en supermercados, incrementó su uso en alrededor de 350% interanual.
Por su parte, Mario Iparraguirre, economista del BBVA, sostuvo que estos “son hábitos que han llegado para quedarse” ya que la posibilidad de comprar sin presencia física “encajó perfectamente” con las necesidades de la “nueva normalidad” impuesta por cuestiones sanitarias.
“La tecnología, además, permitió una rápida adaptación de sectores que no contaban con ventas por canales digitales, de manera que pudieron amortiguar la caída de ingresos”, afirmó Iparraguirre.