La Mona Jiménez leyó un comunicado en el que pidió perdón por lo sucedido. El precio del ídolo obliga a una responsabilidad social.
Por Jorge Luna Arrieta
Un error asumido y un pedido de disculpas. Sin razones. También sin preguntas. Carlitos La Mona Jiménez convocó en la tarde del viernes a una conferencia de prensa que pasó a ser simplemente una lectura de comunicado, sin aceptar consultas de parte de la prensa. El hecho no pareció aportar demasiado, aunque vale resaltar que el cuartetero más famoso sintió que valía la pena “poner la cara” y mostrar lo apenado que se siente por la situación.
El hecho es conocido por todos. Un video lo muestra en una polémica situación con un grupo de seguidoras, sobre el escenario. Para los que van asiduamente a verlo, nada del otro mundo. Para otros, algo inaceptable.
“Siempre, en mis bailes, suben hombres y mujeres para festejar distintos hechos de sus vidas; casamientos, despedidas de soltero, cumpleaños, etc. O simplemente tratar de divertirse y pasar un buen momento”, indicó el cantante en uno de sus párrafos.
Más adelante, señaló: “Así como siempre los convoco para anunciarles mis buenas nuevas artísticas, vengo con la misma actitud y certeza a pedirles disculpas a todas las mujeres y hombres”. Y agregó: “Disculpas y perdón, especialmente a todas las mujeres, si he sido ofensivo o maleducado con mi accionar”.
El cantante leyó un comunicado y no aceptó preguntas. Se lo vio alicaído anímicamente (Nicolás Bravo).
Además, la Mona apuntó, a través de lo que leyó, a lo discriminatorio. No deja de ser cierto. Resulta un blanco fácil de atacar por todo lo que representa. Como dato, en otras expresiones artísticas, como por ejemplo, en recitales de la Bersuit o de Molotov, solían verse chicas que subían al escenario y bailaban con los senos descubiertos. En el medio, la mujer como objeto. En el medio, cuando la mujer se transforma en objeto. En el medio, la Mona.
Igual, todo esto no justifica lo que ocurrió. Tampoco que ya hayan pasado dos años de este hecho, que quedó registrado en ese video. Nadie puede desconocer lo que Jiménez (y menos el mismo Jiménez) significa para una parte importante de la sociedad cordobesa. Es un ídolo, un referente. Y eso conlleva una responsabilidad social. Todo lo que haga en público puede tener reflejo en sus seguidores. Lo bueno y lo malo. “Si lo hace La Mona, lo puedo hacer yo”.
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