El oficialismo porteño dio una primera sanción en la Legislatura a la construcción de un barrio náutico en la Costanera Norte, al igual que a dos convenios para subir la alturas de futuras edificaciones en predios de Palermo y Villa Crespo, lo que fue rechazado por la oposición, que tildó todo lo aprobado como “un negocio inmobiliario” del Gobierno local.
Los tres expedientes, impulsados por la administración de Horacio Rodríguez Larreta, deberán ser debatidos en una audiencia pública en la que la ciudadanía dé su opinión para, posteriormente, volver al recinto y recibir su sanción definitiva por tratarse de proyectos que se encuadran en las normas de “doble lectura”.
El proyecto, que contó con 37 votos afirmativos de la coalición oficialista que incluye a Vamos Juntos, Confianza Pública, Socialismo y UCR/Evolución y 23 en contra del Frente de Todos, el GEN, Consenso Federal, AyL y el Frente de Izquierda, deberá ser aprobado en una segunda lectura y tendrá que atravesar un proceso de audiencias públicas.
En el caso de los dos convenios urbanos, la votación obtuvo un resultado diferente ya que el espacio de la Coalición Cívica, que integra el bloque Vamos Juntos, se abstuvo, por lo cual fueron 32 sufragios positivos, 23 en contra y cinco abstenciones.
Desde el oficialismo, la legisladora de Vamos Juntos Victoria Roldán Méndez, aseguró que el expediente referido al predio de Costa Salguero “es un proyecto de ley que va a recuperar la relación entre la Ciudad y el Río de la Plata, como establece el Plan Urbano Ambiental”.
Al tiempo que defendió los convenios urbanísticos porque “traen beneficios mutuos entre los firmantes“.
Por su parte, el legislador del Frente de Todos Javier Andrade consideró, durante el debate, que “se puso en movimiento nuevamente la inmobiliaria de Rodríguez Larreta al habilitar un barrio de lujo en la Costanera Norte“.
“Es un hecho inédito, se va construir una pared entre el río y la Ciudad y se va a perder la oportunidad de tener un parque público en la ribera de la Ciudad. Da mucha vergüenza”.
Proyecto de Costa Salguero
La “joya de la corona” de esta nueva ofensiva de la gestión del PRO en el ámbito del ladrillo comprende el intento por habilitar el desarrollo de un barrio náutico con edificios de hasta diez pisos sobre una margen del Río de la Plata, en donde funcionó Costa Salguero. El complejo incorporaría hasta un helipuerto.
Para activar ese emprendimiento, el Gobierno de la Ciudad necesita rezonificar terrenos de dominio público que suman 17 hectáreas en el caso de Costa Salguero, al igual que otras 14 hectáreas de un predio lindante, separado por la desembocadura del colector del arroyo Maldonado, donde estuvo Punta Carrasco.
Hoy ambos espacios se mantienen ocupados por un centro de convenciones, estacionamientos y otras instalaciones , dichas concesiones vencen en 2021 y no serán renovadas.
El proyecto premium para Costa Salguero estará basado en planos del estudio Franck-Menichetti y se estima que la superficie edificable merodeará los 260.000 metros cuadrados.
Se prevé una altura menor de los edificios que se desarrollen cerca de la avenida Costanera para evitar inconvenientes con los movimientos operativos del Aeroparque porteño. El barrio náutico albergaría a unas 1.000 familias.
Como ya expuso este medio, las parcelas forman parte del denominado “Distrito Joven” que se extiende a lo largo de la Costanera Norte y fueron autorizadas, a través de una ley de diciembre del año pasado, a ser vendidas por el Gobierno porteño tras la caída de las concesiones que allí regían.
La iniciativa es cuestionada desde la oposición al igual que organizaciones de arquitectos y de defensa del patrimonio, que aducen el incumplimiento del artículo 8 de la Constitución local, que dice que “los espacios que forman parte del contorno ribereño de la Ciudad son públicos y de libre acceso y circulación”.
Organizaciones como el Observatorio del Derecho a la Ciudad elevaron una petición a la Legislatura porteña para que no sancione el proyecto. Consideran que “la Costanera pertenece a la ciudadanía y no debe quedar en manos privadas para negocios inmobiliarios”.
“La barrera de edificios no solo consolida la Ciudad de Buenos Aires de espaldas al río, sino que va a implicar la pérdida definitiva de la mirada al río”, se añadió.