Mauricio Macri fue el primero: el 17 de marzo, en un megaencuentro en La Rural, “vendió 240 mesas a medio millón de pesos cada una, con el picante valor de 50 mil pesos el cubierto, con lo que estableció un récord -al menos, hasta acá- en lo referido a las contribuciones privadas a una campaña presidencial. Juntó, en esa sola noche, 120 millones de pesos.
Mañana, Daniel Scioli y Sergio Massa harán sus propias juntadas: el gobernador se mostrará con Carlos “Chino” Zannini en Costa Salguero, y el tigrense encabezará con su compañero de fórmula, el salteño Gustavo Sáenz, una cena en astilleros Milberg en Tigre.
Desde la ley que instauró las PASO y prohibió la publicidad política en radio y en TV contratada por los partidos, y fijó un límite a los gastos de campaña, las cenas de recaudación se convirtieron en un recurso, no siempre fiable, para justificar los fondos para financiar actos, giras, viajes y coberturas.
En marzo, la cena de Macri en Palermo hizo estallar el sistema, porque reveló un dato que no suele circular masivamente: el costo de una campaña presidencial. “El PRO dijo que juntó más de 100 millones y puso en la mira el precio de una campaña”, confió, por entonces, un funcionario que conoce de logística y recursos.
Aquella cena del PRO estuvo, además, a punto de ser cuestionada judicialmente porque la ley de las PASO limita los aportes individuales.
Macri quiso copiar el sistema americano de aportes privados, pero lo hizo a la criolla, porque las empresas compraron los tickets, a 50 mil pesos el cubierto, pero -la mayoría- no enviaron a sus directivos, en parte para no comprometerse públicamente con el candidato del PRO.
En el show que el kirchnerismo prepara para mañana a la noche en Costa Salguero tampoco se esperan nombres resonantes del mundo empresarial. “La mayoría son empresarios pymes”, explican en el FpV y contaron que el costo por cubierto es de 10 mil pesos y se vendieron 3.500 tarjetas que le permitirán al oficialismo juntar 35 millones de pesos para este tramo de la campaña, que termina en la elección del 9 de agosto.
Scioli estará con Zannini, su compañero de fórmula. Los dos tomarán el micrófono y habrá, además, un clip “de unos minutos” sobre el candidato presidencial. Además de empresarios, fueron invitados personalidades de la cultura, del espectáculo y del deporte, según confió la organización.
Puede, por esa razón, convertirse en un evento que reúna a dos universos paralelos: la farándula sciolista, en la que habitan los Pimpinela y “Pocho” La Pantera; y el modelo K, que prefiere a Ignacio Copani o Víctor Heredia.
En la juntada de Costa Salguero, que ocupará dos salones, no está prevista la presencia de Cristina de Kirchner ni la de Máximo K, enfrascado en su campaña en Santa Cruz. Habrá, sí, funcionarios y dirigentes nacionales y bonaerenses, y quizá algunos gobernadores.
Massa, por su lado, programó una ronda de ocho cenas en distintos puntos del país para recaudar fondos para la campaña presidencial del Frente Renovador. La primera escala será mañana en astilleros Milberg, en su terruño, Tigre, a la que seguirán cenas similares en Capital Federal, Salta, Mendoza, Rosario, Mar del Plata, Bariloche y Lanús.
El “cachet” del tigrense es el más bajo de los tres presidenciales que mejor rankean. Mientras Macri cobró 50 mil pesos el cubierto y Scioli-Zannini vendieron a 10 mil pesos cada ticket para participar de la cena en Costa Salguero, Massa cotiza en 6 mil pesos el cubierto.
En promedio, el candidato del Frente Renovador planea obtener 3 millones de pesos por cena y redondear, entre las ocho, unos 24 millones de pesos. En total, el massismo programa reunir a 4 mil empresarios y adherentes a lo largo de las cenas.
Esos fondos se suman a los que arrima el Estado, que, además, cubre el costo de la publicidad televisiva y radial que se distribuye, sorteo mediante, a través de la Dirección Nacional Electoral.
Fuente: Ambito