Por Graciela “La Tana” Varenna
No quiero justicia. Ni leyes con nombres de difuntas. Ni figura penal para aplicar mientras cierro el féretro. No quiero agravantes post mortem. No quiero más puebladas, ni marchas, ni pancartas. No quiero más vecinos, amigos, conocidos declarando ante las cámaras de tv “Era un hijo de tal por cual”. No quiero más redes repletas de latiguillos que sin fuerza ante el horror impune. La muerte siempre anunciada. Siempre. “vivas nos queremos” “basta de matarnos” “Ni una menos”.
La resta desgarra, acuchilladas con menos piedad que las vacas en el matadero. Ante la mirada de todos y de nadie.
En cualquier célula social, trabajo, barrio, familia, ciudad o pueblo cuando un hombre dice que una mujer es puta todos le creen, se instala y se replica. Y el estigma toma forma de portaligas y la mujer es categóricamente una PUTA.
Cuando una mujer dice que un hombre es violento, maltratador, violador o amenaza de muerte no sucede lo mismo.
“uf también esta es mas puta, que queres pobre tipo” La inversión de la carga de la prueba en un comentario sin género. Nadie cree. Todos minimizan. “en la calentura cualquiera dice te voy a matar”. Y todo continúa como si nada. Sin más que vacío legal y social para la víctima. Hasta que se encuentra su cuerpo frio, del miedo previo, más que de la muerte per se. Como un mapa del alevoso plan. Pero por sobre todo como firma de la palabra cumplida.
Epa la puta tenía razón. Pero ya no respira.
Condena social e intervención de cada uno de nosotros. Necesitamos creer a cada mujer de cualquier edad, en cualquier contexto de vínculo. Que exprese miedo por violencia. No interpretar. Creer. Siempre es gravísimo es la consigna. Siempre hay un antes, una cocina que da señales. En esta instancia somos todos participes necesarios. La violencia no es algo que le sucede o sucede en la casa del vecino. Nos atraviesa como bayoneta. Siempre hay un después, el después de la denuncia. En la mayoría de los casos letal. Es el momento de más vulnerabilidad para la víctima. Nadie imagina la ira de un macho violento denunciado y puesto en evidencia. Enfrentado por su sometida. Con un violento no se negocia, a un violento se le quita el saludo y el lugar de comodidad en su núcleo social. Y si nos equivocamos?? En este tema señores/ras cuando el rio suena, se ahoga una orquesta.
Marchemos antes, pidamos justicia antes. Exijamos el cumplimiento efectivo de toda medida cautelar o definitiva. Seamos cargosos de las autoridades policiales y judiciales. Porque señores la mujer muerta, ya no necesita Justicia para descansar en paz. Descansa en la paz de su absoluta inocencia. Mejor prevenir que velar.
#prevención #intervenir #despuesestarde #justiciaapriori
Graciela “la tana” Varenna.