El antecedente de un recital suspendido la semana pasada en México llenaba de incógnitas sobre cuál sería la actitud del cantante en esta ocasión, y aunque el espectáculo se prolongó más de una hora y media, faltaron varios temas que las fanáticas aclamaban y él no lució como en sus mejores noches.
Luis Miguel apareció en el escenario pasadas las 21.45 con un prolijo traje negro y corbata del mismo color y camisa blanca. El músico que buscó hidratarse entre tema y tema, y más allá de sus indicios de estar disminuido físicamente, con algunos problemas en sus cuerdas vocales, tuvo una buena interacción con el público cordobés.
Pasada poco más de una hora de show, el azteca dejó el escenario por varios minutos, lo que despertó la sospecha de que no volvería y repetiría lo sucedido una semana antes en su país. Sin embargo retornó luego de varios minutos para despedirse con sus dos últimos temas, y así calmar en parte el reclamo del público, que de todas maneras se quedó con ganas de más.
El cantante seguirá con sus presentaciones el sábado en el estadio de GEBA, Buenos Aires, para luego pasar a Santiago de Chile, lugar en el que actuará el miércoles venidero.