El dirigente gremial de los trabajadores de peajes y diputado nacional, Facundo Moyano, dijo que no votó al presidente Mauricio Macri y se mostró preocupado por la devaluación, pero llamó a tener “prudencia” a la hora de evaluar sus políticas económicas de los primeros días de gestión.
“El 2016 será un año complicado en términos de inflación y medidas que impactarán sobre el salario […]. Cada organización sindical negocia en el ámbito privado salvo los sindicatos que dependen del empleo público. El Gobierno debería haber tenido consideración y más cuando en los últimos meses la inflación superó las paritarias que negociaron los gremios. La inflación va a estar por encima del 30%. Más o menos cerraba con un 25 o 26 % peor con el 3% que se estimó en el mes de diciembre”, analizó Moyano.
“Hubiera sido importante que el gobierno de Macri contemple esta situación en el empleo público y hubiera otorgado un bono de fin de año para restituir el salario que la inflación se come. Sacar el cepo tiene un impacto sobre los precios y por ende sobre los salarios. El Gobierno tiene que compensar con un bono y después ver de qué manera se desarrollan las paritarias. Esperemos que convoquen a todos los sectores del movimiento obreros para ver como se subsana esto”, agregó.
Pero remarcó. “A Macri no lo voté y no lo votaría en ninguna circunstancia, creo en la política con ideología y no con ideologismos baratos. No coincido, trato de tener una crítica constructiva. No creo que se vaya a una liberalización de todo pero hay unas pautas que nos indica que está más cerca de eso. Más allá de coincidir o no son las que dijo que iba a tomar y son medidas inteligentes. Tiene 10 días en el gobierno y hay que ser prudente”, sostuvo el hijo del dirigente de la CGT crítica del kirchnerismo, el camionero Hugo Moyano.
“Si hay medidas en contra de los trabajadores vamos a estar reclamando en el lugar que sea necesario, pero decir que mañana vamos a estar en la calle porque es sobreactuar. Vamos a estar a la altura de la circunstancias. Nunca hemos permitido que se vuelva para atrás en las conquistas de los trabajadores”, clamó.
Sobre la unificación de la CGT sostuvo: “Los nombres son discutibles. Qué mejor que un movimiento obrero unido para dar pelea a esa puja redistributiva de cara al 2016, que será un año complicado en términos de inflación y de medidas que impactarán sobre el salario”.
La Nación