Marcada por el reclamo de una ley contra la discriminación, la aclaración del crimen de la militante trans Diana Sacayán y el clima electoral de cara al balotaje presidencial del próximo 22 de noviembre, cientos de personas participaron como cada año en una nueva edición de la Marcha del Orgullo Gay en la Ciudad de Buenos Aires.
Organizada por la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, la marcha del Orgullo cumplió esta XXIV edición desde el mediodía, cuando familias, jóvenes, militantes y estudiantes se congregaron en la Plaza de Mayo.
Allí se desplegaron stands de la secretaría de Derechos Humanos; los ministerios de Salud y Desarrollo Social; el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi); la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y otros.
Dos históricas defensoras de los derechos Vanessa Show y Sandy Gonzalez
La edición número 24 de la marcha hacia el Congreso nacional tuvo como fin reclamar una “ley antidiscriminación”, el acceso real a la salud integral, trabajo y vivienda para las personas trans, defender la campaña “Ni una menos” contra la violencia de género y la aprobación de una ley por el derecho al aborto, entre otros puntos.
La Comunidad Homosexual Argentina (CHA) y la organización 100% Diversidad y Derechos advirtieron que “es urgente dar respuesta a la violencia hacia el colectivo de la diversidad sexual, que cobró aún más impacto con los últimos asesinatos, como el de la activista travesti Diana Sacayán”.
A diferencia de otros años cuando el desfile matizaba reclamos con desenfreno y nudismo, en esta ocasión la marcha tuvo menos desenfado pero una fuerte impronta política con representación partidaria.
Miembros de agrupaciones juveniles oficialistas como La Cámpora y Nuevo Encuentro repartieron volantes donde un montaje fotográfico muestra a Scioli besándose en los labios con su compañero de fórmula Carlos Zanini bajo la consigna “para que reine el amor”.
“Me aturde este año la marcha con tanto mensaje político, no voté y no voy a votar a estos políticos que nos siguen matando”, dijo Daniela Pirotti, de 22 años que lleva escrito en su pecho “Puta y libre”.
Frente a una de las carrozas, un falso Papa Francisco avanza sonriendo tomando del brazo a su derecha a un falso Macri y a su izquierda a un falso Scioli, para recordar la cercanía a la Iglesia Católica de ambos candidatos.
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