La colectividad china en Argentina festejará este fin se semana el inicio del año 4714 de su calendario, regido por el Mono de Fuego, con un festival en una plaza porteña en el que por primera vez habrá representantes de las 56 etnias que conforman la República Popular China, vestidos con trajes típicos para acompañar la tradicional danza del Dragón de la buena fortuna.
‘Por primera vez, la realidad multiétnica china entra en el festejo, con las diferentes regiones que son habitadas por 56 etnias, cada una de las cuales configura un mundo, con idioma, organización social propia, relación con el ambiente y una historia que se hunde en los tiempos’, contó el escritor Gustavo Ng.
El festejo del Año Nuevo que se realizaba en el barrio chino del barrio de Belgrano, se trasladó desde hace tres años a otros espacios, debido a las decenas de miles de personas que se suman a la celebración. Así, hoy y mañana la reunión será en la plaza ‘Parques Nacionales’ -avenida Figueroa Alcorta entre Sucre y Echeverría-, donde se habilitará una feria de decoración, ropa, comidas y bebidas típicas de Oriente.
También habrá clases de técnicas de Tai Chi a cargo del maestro Liu Ming -médico del Papa Francisco-, y de Chi Kung guiadas por la maestra Chen Ming, además de un desfile de moda étnica con vestuario traído especialmente desde China.
Carola Wen, otra de las organizadoras de la festividad, contó que ‘este año la celebración mostrará la modernidad y la parte ancestral de nuestro país gracias a la vestimenta étnica’. En las mesas familiares chinas ‘no puede faltar la empanada, hecha al vapor, que tiene forma de moneda antigua ya que simboliza iniciar el año con dinero’.
Otro clásico es el ‘arrolladito primavera’, hecho de ‘bolitas de arroz gratinado, dulce, alegóricas a la reunión y la unión’. Estas comidas y muchas otras podrán degustarse en el festejo porteño, que se extenderá hoy entre las 14 y las 23, y mañana entre las 10 y las 21.
El punto culminante de la celebración será la Danza del Dragón, interpretada por artistas que portan la figura del animal mitológico para ‘ahuyentar las malas energías con su baile y su ruido, para arrancar el nuevo año con buenas y renovadas energías’, explicó Wen.
