El ejecutivo Horacio Quiroga, exdirector de dos empresas petroleras argentinas propiedad del empresario afín al kirchnerismo Lázaro Báez, fue hallado muerto ayer en su domicilio de Buenos Aires con un golpe en la cabeza, confirmaron a Efe fuentes policiales.
El cuerpo de Quiroga fue encontrado por un hijo del empresario dentro de la bañera de su apartamento, ubicado en el barrio porteño de Recoleta. Quiroga saltó a los medios de comunicación por haber hablado públicamente sobre Báez, máximo adjudicatario de obra pública en el sur del país durante el kirchnerismo y detenido por una causa conocida como “la ruta del dinero K”, que investiga un supuesto blanqueo de capitales y roza a la expresidenta Cristina Fernández. “Sé que Báez se enriqueció de manera escandalosa, de una forma imposible de justificar”, expresó Quiroga, en abril.
También denunció en 2013 que Néstor Kirchner entregó millones en efectivo al empresario Lázaro Báez. Los investigadores no pueden dejar de considerar que Quiroga declaró como testigo en la causa contra Báez, arrestado el 5 de abril, bajo la acusación de lavado de dinero y evasión fiscal.
Quiroga fue presidente de Epsur SA y Misahar SA, dos firmas petroleras de Lázaro Báez. Recomendado por su supuesto conocimiento en ese mercado, el ejecutivo desembarcó en el imperio del empresario patagónico. Pese a quedar al frente de ambas compañías, Quiroga nunca formó parte del entorno de Báez, coinciden las fuentes cercanas al empresario que ahora está preso en el penal de Ezeiza.
“Cayó como un paracaidista en el mundo de Lázaro. Tenía fama de ser un experto en petróleo, pero Lázaro lo echó cuando vio que pasaron dos años y no había conseguido ningún resultado”,fuentes que frecuentaron su despacho, en el 6° piso de un edificio del pasaje Carabelas.
Relación conflictiva
La relación entre el ejecutivo y Lázaro Báez no terminó bien. Quiroga fue despedido después de trabajar un par de años para las petroleras, y por este motivo le inició un juicio laboral, que finalmente le ganó al dueño de Austral Construcciones. “Le pagamos como cuatro millones de pesos”, dijeron cerca del empresario.
Una vez fuera del holding de los Báez, Quiroga emprendió un raid mediático que incluyó fuertes acusaciones, que luego fueron relativizadas ante la Justicia.
En una entrevista a la revista Noticias en 2013, Quiroga dijo que recibieron una visita en la empresa de Osvaldo Sanfelice, mano derecha de los negocios de los Kirchner en Santa Cruz. Y detalló que pocos días después de esa visita habían recibido millones de dólares en efectivo que él mismo -aseguró- vio contar.
“Creo que la presencia del dinero en la empresa obedece a la determinación de personas que no es Sanfelice. Para mí, Sanfelice estaba actuando como veedor de determinaciones que tomaron otros”, afirmó Quiroga.
Cuando le preguntaron por qué asociaba el envío de fondos con la presencia de Sanfelice, agregó: “Porque la conversación [entre Báez y él] empieza a girar en ese sentido. Sanfelice le dice [a Báez] «sabés que no te voy a controlar, que vine acá por orden superior, que está todo bien, pero yo cuando vengo a Buenos Aires voy adonde Néstor me invita o adonde Néstor me indica, mejor adonde Néstor me indica»”.