La propuesta que casi destraba la negociación era permitirle a Cristina su propia fiesta de despedida. El plan consistía en acomodar a la militancia kirchnerista por la calle Alem, detrás del edificio, para que la entonces ex mandataria tuviera su cordón de aplausos.
Los acuerdos contrareloj son negociados principalmente por el secretario general de la Presidencia, Wado de Pedro, y la persona que será su sucesor en la Casa Rosada, Fernando de Andreis. Sin embargo, por el momento, la propuesta no fue aceptada.