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El Beso y regalo indiscreto de Menem a la Reina Isabel

La Reina Isabel II recibió a Carlos Menem a fines de octubre de 1998. Fue en una gira oficial por Londres, en la que el entonces presidente argentino estuvo acompañado por su hija Zulema María Eva, en su rol de primera dama sui generis, papel que cumplió tras la separación de su papá con Zulema Yoma

Era la primera vez que un primer mandatario argentino pisaba el Reino Unido después de la guerra de Malvinas de 1982. Y sería el único presidente en hacerlo, desde 1982 en adelante, hasta el encuentro entre Isabel II y Cristina Kirchner.

Mucho antes, Arturo Frondizi ya había estado en el Palacio de Buckingham. La visita del radical ocurrió en 1960.

Menem, Zulemita y parte de la comitiva se alojaron en el Hotel Claridge’s. Desde allí partieron el 28 de octubre de 1998 hacia la sede de la monarquía. Además de Menem y su hija, del encuentro que incluyó un almuerzo participaron Eduardo Menem, Alberto Pierri, el embajador Rogelio Pfirter, el canciller Guido Di Tella, el director de protocolo y ceremonial Jorge Faurie (quien sería canciller de Mauricio Macri mucho tiempo después), el secretario general Alberto Kohan y el gobernador sanjuanino Jorge Escobar.

A la reina la acompañó su consorte y junto a ellos los secretarios privados, el encargado de Latinoamérica en el Foreign Office y el embajador en Buenos Aires.

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“Nos dieron un montón de instrucciones: teníamos que mantener una “soft talk” con la reina, que se traduciría como una charla liviana“, recuerda Alberto Kohan ante El Cronista.

Y el ex funcionario menemista continúa: “Tampoco la podíamos tocar. Pero Menem le puso un poncho de vicuña, algo no estaba permitido. Fue un muy buen almuerzo. Hablamos del tiempo y de la vida, pero nada de política y mucho menos de Malvinas”. De esa herida semi-abierta habían conversado previamente con el Primer Ministro Tony Blair en Downing Street.

Menem le regaló a la Reina un cuadro de la pintora Leonora Von Eldemberg, con una imagen ecuestre. El poncho de vicuña era para Felipe de Edimburgo. Pero cuando la reina vio la prenda, elogió su textura. Menem le explicó que se trataba de un animal en extinción. Y le puso el poncho, contra todas las indicaciones recibidas de antemano. Isabel sonrió algo asombrada.

“No fue incómodo, pero ella no se lo esperaba. Carlos era único en esas situaciones”, elogia Kohan a su histórico jefe. El expresidente riojano murió el año pasado a los 90 años.

Jorge Faurie coincide con Kohan. “Ella estaba prevenida de que Menem era un presidente inusual“, relata ante El Cronista el excanciller de Macri.

Pero Menem fue más ella en la flexibilización de las normas. Le besó la mano a Isabel, cuando la recomendación de la monarquía era evitar tocar a la Reina. “Menem le dio un trato familiar mayor a lo aconsejable”, recuerda otro de los exfuncionarios argentinos presentes en ese almuerzo de 1998.

Carlos le contó aspectos de su vida, le dijo que estaba muy contento de estar con ella, y hasta la invitó a que visitara la Argentina”, revela Korach. Isabel II nunca viajó a Buenos Aires, pero sí lo hicieron integrantes de su familia.

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