El presidente Alberto Fernández recibió en la quinta de Olivos al ex presidente boliviano Evo morales, quien llegó hace unos días al país en calidad de refugiado, después de haber sido obligado a renunciar en medio de un golpe de Estado y de haberse asilado en México durante algunas semanas.
Evo agradeció al gobierno argentino por haberle permitido establecerse en Buenos Aires y analizó junto con Fernández las perspectivas de los próximos comicios convocados por el nuevo gobierno boliviano de la autoproclamada Jeanine Áñez, en los que el líder del MAS tiene prohibido presentarse.
El ex mandatario boliviano tendría pensado dirigir a las fuerzas de su partido desde Argentina, llevando adelante reuniones con dirigentes del MAS y colaborando con la campaña en Bolivia desde el norte argentino.
Fernández, que aún no había asumido al momento del golpe contra Morales, fue uno de los principales gestores para su asilo en México y luego, apenas 24 horas después de su asunción, admitió al dirigente boliviano en nuestro país.
El sábado Evo Morales hizo su primera aparición pública en Argentina, cuando saludó a un grupo de simpatizantes desde la terraza de la casa del canciller boliviano Diego Pary, en el barrio de Liniers, instancia en la que agradeció “al Gobierno argentino, al pueblo argentino, el permitirme venir acá”.
Junto con Morales, y sus hijos que habían llegado unas semanas antes, arribó también al país también su vicepresidente Álvaro García Linera. Ambos fueron acompañados por la ex ministra de Salud Gabriela Montaño y el ex embajador ante la OEA José Alberto Gonzales, que suenan como posibles candidatos del MAS para las elecciones a realizarse en 2020, para las que el gobierno de Áñez no ha fijado fecha.