Lourdes Sánchez y Federico Bal finalizaron su coreografía de semifinal de “Súper Bailando” con un tremendo beso que sorprendió a todos.
El actor y la animadora infantil cerraron su performance con un apasionado encuentro, que despertó los celos y la reacción del Chato Prada, pareja de la bailarina.
La coreografía que presentaron Fede Bal y Lourdes Sánchez en la primera semifinal del Súper Bailando empezó con un tremendo blooper: la pantalla del estudio no se abrió cuando debía hacerlo y obligó a los participantes a repetir la performance.
Fue entonces que los jóvenes decidieron dejar todo y lucirse con sus impactante pasos… ¡y un final que dejó a todos los presentes con la boca abierta!
Fede Bal: “Estamos en una semifinal en la que estamos dejando todo. Si vas a medias, no vayas… me parece. Ahora, si tengo que pedirle disculpas al Chato, no tengo problema. Voy al control y le doy la mano”.
Después de que el hijo de Carmen Barbieri culminara su presentación con un tremendo besazo a la bailarina, Fede se excusó: “Este beso no lo ensayamos. ¿Sabés lo que pasó, Marcelo? Estaba saliendo todo tan mal, no abría la pantalla, llegamos adonde teníamos que estar y estabas vos en el medio y rompimos una copa. Entonces yo, en mi cabeza, dije ‘ahora le doy un beso y la rompo’. Por lo menos, el beso lo doy con una frutillita”, dijo. A lo que Lourdes agregó. “A mí me pasó lo mismo, te juro”.
En medio de las repercusiones, Marcelo Tinelli indagó al Chato Prada, la pareja de Sánchez -con quien tiene a su hijo Valentín– sobre si este beso estaba aprobado por él. Y sin dudarlo, el productor remarcó: “No. De ninguna manera sabía que este beso iba a ser así”.
Chato Prada: “No hace falta. Que se quede en la pista”.
Al escucharlo, Federico volvió a tomar la palabra: “Cuando bailamos no hay que medirse. Me parece que estamos haciendo un show y estamos en una semifinal en la que estamos dejando todo. Si vas a medias, no vayas… me parece. Ahora, si tengo que pedirle disculpas al Chato, no tengo problema. Voy al control y le doy la mano”.
“No hace falta. Que se quede en la pista”, se apuró a decir Prada, mientras que su novia cerraba el incómodo momento imprimiéndole humor. “¿Alguien me hace un lugar en su casa?”, preguntó, entre risas.
¡Qué momento!